Por: | Associated Press
El exiliado cubano Nelson García Miranda, muestra el por- tafolio de sus pinturas en el hotel Westin Kierland Resort |
(Yahoo noticias) PHOENIX (AP) — En
la jerarquía de la cocina del restaurante, un lavaplatos no tiene demasiadas
oportunidades de progresar, ni siquiera si está en un lujoso centro turístico
en Northeast Valley.
Y el cubano
Nelson García Miranda lo sabía muy bien.
El residente de
Phoenix también confió en que su trabajo como pintor y sus pinceladas le
abrirían paso al sueño estadounidense.
Pero jamás pensó
que terminaría en el salón social del restaurante donde lavó trastes.
En abril de 2005,
García Miranda comenzó a lavar trastos en Deseo, el restaurante insignia del
Westin Kierland Resort and Spa.
Ahora, el cubano
de 65 años es el artista residente del restaurante: pinta para clientes en el
salón social y vende su trabajo por cientos de dólares.
Sus creaciones
cubren las paredes de Deseo, complementando el ambiente del restaurante y su
cocina neo-latina.
A comienzos de
2008, el centro turístico le encomendó hacer varias pinturas para el
restaurante y el salón social después de que el chef Roberto Madrid descubriese
el talento de García Miranda.
García Miranda
comenzó a vender varias obras inspiradas en Cuba y a llamar la atención de los
invitados. Al ver la reacción, los administradores de Westin Kierland empezaron
a hacer planes más grandes.
"Realmente
queríamos que él fuera una mayor parte de la experiencia", dijo Stephanie
Dowling, directora de relaciones públicas del centro turístico en el noreste de
Phoenix.
Para finales de
2008, García Miranda dejó de lavar trastes para siempre y se instaló en la
entrada para vender sus pinturas.
Desde que llegó a
Estados Unidos en 1999, trabajó en un sinnúmero de empleos. Pero nunca dejó de
pintar.
"Sé cómo
tener dos empleos, y luego uno extra", dijo. "Pero sabía que cuando
alguien viera mi trabajo, estaría bien".
García Miranda
nació y se crió en un vecindario pobre de Holguín, al este de Cuba.
Estudió pintura y
cuando tenía 18 años, su trabajo ya había sido exhibido en Alemania. A loso 30,
sus creaciones eran exhibidas en hoteles, restaurantes, salones de música y
diferentes instituciones culturales en Cuba.
García Miranda
dijo que ganó mucho respeto con su trabajo como pintor en su país y a nivel
internacional. Enseñó pintura y estaba entre la élite creativa, con
presentaciones en La Habana, República Checa, Ecuador, España, Estados Unidos y
otros países.
Pero dijo que
vivir en la Cuba controlada por Fidel Castro era artísticamente restrictiva.
Aunque pudo crear y vender pinturas, una parte importante de sus ventas se las
quedaba el gobierno, relata.
"En Cuba, el
arte está regulado", dijo García Miranda. "Era visto como un artista
liberal y debido a eso, fui excluido de muchas actividades sociales, al igual
que otros artistas que eventualmente tuvieron que dejar el país".
Entonces García
Miranda tuvo la oportunidad de irse de Cuba a buscar una mejor vida. Llegó a
Estados Unidos con una visa que su entonces esposa se ganó en un sorteo.
"Fue como
ganarse el boleto dorado", dijo. "Si tienes la oportunidad de ir a
Estados Unidos, te vas".
Después de una
breve escala en Miami, García Miranda se fue a Arizona, donde recibió una
cálida bienvenida.
"Fue como si
hubiese nacido aquí. Mis pinturas más importantes han sido hechas en
Arizona", indicó.
Pero no por eso
se duerme en sus laureles.
"Siempre,
incluso en la noche, cuando ya me voy a dormir, estoy seguro de que puedo hacer
más", dijo. "Estoy seguro de que puedo hacer más de lo que hago
actualmente".
Información de:
The Arizona Republic http://www.azcentral.com